La montaña rusa

Ada no ha encontrado la plenitud en el sexo, algo que le obsesiona desde que en el colegio discutía con sus compañeras de patio sobre si es más excitante subir en la montaña rusa o en los juegos íntimos de los adultos. Con los años ha llegado a convertirse en una solitaria violonchelista que sigue soñando con la llegada del hombre perfecto que compartirá con ella el resto de su existencia.
Pero quien aparece en la vida de Ada es Luis, un antiguo amigo de la infancia en el que puede confiar, mantener una relación estable y resignarse a que el sexo pase a ser algo circunstancial. Con lo que no cuenta Ada es con el reencuentro de su otro amigo del pasado, Loren, que trabaja como payaso en un sex-shop y que llena completamente el vacío sexual que no ha logrado satisfacer con Luis. Surge así un triángulo que tiene en un vértice el amor, en otro el sexo y en el último... a nuestra protagonista hecha un lío.